lunes, 11 de abril de 2011

Hurling, Hrunting, Hurting, Thrusting.

Personas. Lo mejor de ellas es que son únicas, inigualables, e incomparables. Lo peor de ellas es que pueden lastimarte. Nada sana por completo; cuando las personas se vuelven iguales ante tus ojos, se convierten en gente. Masas amorfas sin importancia conducidas por tendencias, controladas por el pánico, inservibles para el propósito mas importante: congeniar.

El mundo interno es un gran yermo enlodado a causa de las lluvias. Finas gotas de agua tranquilizante limpian los desiertos y acarician los barrancos. Tratando de suavizar el dolor, tratando de de hacerlas cerrar. Pero uno no sana tan fácil, pasará mucho tiempo antes de que algo pueda crecer en este mundo devastado, y pasará aun mas tiempo antes de que estos desfiladeros sean cubiertos por tierra y vegetación.

Una vez que las personas se vuelven gente, entonces le has dado la espalda al mundo. Y el mundo te hiere, indiferente de tu decisión, porque al mundo poco le importa una persona más o una persona menos. No es el abismo que seduce, no es el abismo que otorga, ni es el castigo que nos auto infligimos. Mientras el abismo regresa nuestra mirada, el mundo ni siquiera se entera de que una persona le ha dado la espalda.

Pero el mundo no sabe, que no es el mundo lo que me importa, no es la gente quien me importa. Me importa aquel con quien puedo congeniar. Aunque signifique salir herido otra vez.

Quizas el mundo acabe. Pero el mundo no me importa.

5 comentarios:

  1. Qué romántico final!
    sólo explícame porqué tengo q matar a Castro?? o_O

    ResponderEliminar
  2. no se, es como el libro que inducio al asesino de jhon lennon a matarlo :3, una broma de mal gusto.

    ResponderEliminar
  3. y si, no pude evitar el romanticismo del final. me parecio correcto.

    ResponderEliminar
  4. mmm de que hablan????

    por cierto al mundo le viene valiendo un comino, creo que nosotros debemos importarnos....

    ResponderEliminar
  5. indeed xd. de eso se trata el texto.

    ResponderEliminar